LAS GUERRAS DE RELIGIÓN. REFORMA PROTESTANTE Y CONTRARREFORMA
REFORMA
Se denomina Reforma al movimiento encabezado por el agustino Martín Lutero que pretendía reformar los vicios y la relajación de las costumbres en las que había caído la Iglesia.
Desde la Edad Media existían ciertos grupos con un gran malestar hacia la Iglesia. Consideraban que:
Se denomina Reforma al movimiento encabezado por el agustino Martín Lutero que pretendía reformar los vicios y la relajación de las costumbres en las que había caído la Iglesia.
Desde la Edad Media existían ciertos grupos con un gran malestar hacia la Iglesia. Consideraban que:
- Las altas jerarquías eclesiásticas vivían con demasiados lujos y riquezas
- El clero tenía una escasa formación
- La compraventa de cargos eclesiásticos (simonía): muchos de los compradores no tenían vocación religiosa, solo buscaban beneficio económico
- La relajación de las costumbres y deterioro de la vida monacal (nicolaísmo)
- La corrupción de las altas jerarquías que favorecía a sus familiares para otorgar cargos (neopotismo)
- Las indulgencias: documento que emitía el papado por el que se perdonaban los pecados a cambio de dinero.
Para resolver el conflicto religioso, el emperador Carlos (no debemos olvidar que era el jefe político de la cristiandad) convocó a los jefes de las Iglesias reformadas en la Dieta de Augsburgo (1530) para establecer un acuerdo y buscar ayuda contra los turcos. Sin embargo, algunos príncipes luteranos ya habían aceptado las doctrinas luteranas.
A partir de 1540, la división religiosa derivó en enfrentamientos militares. Hasta mediados del siglo XVII se sucedieron diferentes guerras, tanto civiles como entre diferentes potencias europeas mezclando aspectos religiosos con la política internacional: en los reformistas se alían a Francia y Dinamarca y en 1546 forman la Liga Esmalcalda, que declara la guerra al Emperador. Un año después en la batalla de Mühlberg (1547) Carlos V sale victorioso frente a los protestantes, el luteranismo es reconocido oficialmente en Alemania en 1555.
A partir de 1540, la división religiosa derivó en enfrentamientos militares. Hasta mediados del siglo XVII se sucedieron diferentes guerras, tanto civiles como entre diferentes potencias europeas mezclando aspectos religiosos con la política internacional: en los reformistas se alían a Francia y Dinamarca y en 1546 forman la Liga Esmalcalda, que declara la guerra al Emperador. Un año después en la batalla de Mühlberg (1547) Carlos V sale victorioso frente a los protestantes, el luteranismo es reconocido oficialmente en Alemania en 1555.
CONTRARREFORMA
La Contrarreforma se define como el movimiento de renovación que se originó en el interior de la Iglesia católica para corregir los propios errores y defender los dogmas de la Iglesia. El Concilio de Trento 1545-1563 (junta de obispos y otros eclesiásticos de la Iglesia para deliberar y decidir sobre dogmas y disciplinas), nombre que le viene dado por la localidad donde se celebró, Trento, Italia, fue convocado por el papa Paulo III con el objetivo de lograr la reconciliación entre católicos y protestantes y supuso la reacción oficial de la Iglesia católica ante los problemas que sufría.
Tras esas sesiones no se consiguió un acuerdo, pero sí que la Iglesia Católica fijó una doctrina y luchó contra la expansión protestante. Sus conclusiones fueron:
Las consecuencias de la contrarreforma tuvieron especial repercusión en España, donde coincidió con el acceso al trono de Felipe II. La sociedad española se convirtió en defensora de la más rígida ortodoxia católica, pero al mismo tiempo se acentuaba la intolerancia ideológica. Se acentuó la separación entre los cristianos viejos y los nuevos, es decir, los descendientes de musulmanes o de judíos conversos. La limpieza de sangre se extendió.
La actuación secreta de la Inquisición también fue decisiva, sobre todo a mediados de siglo, en Sevilla y Valladolid. Se estableció la prohibición de importar libros extranjeros y la prohibición a los extranjeros de estudias o enseñar en universidades extranjeras.
Esta intolerancia tuvo consecuencias también para la cultura: se frenaron los saberes humanísticos, estudiosos como fray Luis de León o santa Teresa estuvieron en el punto de mira.
La Contrarreforma se define como el movimiento de renovación que se originó en el interior de la Iglesia católica para corregir los propios errores y defender los dogmas de la Iglesia. El Concilio de Trento 1545-1563 (junta de obispos y otros eclesiásticos de la Iglesia para deliberar y decidir sobre dogmas y disciplinas), nombre que le viene dado por la localidad donde se celebró, Trento, Italia, fue convocado por el papa Paulo III con el objetivo de lograr la reconciliación entre católicos y protestantes y supuso la reacción oficial de la Iglesia católica ante los problemas que sufría.
Tras esas sesiones no se consiguió un acuerdo, pero sí que la Iglesia Católica fijó una doctrina y luchó contra la expansión protestante. Sus conclusiones fueron:
- La fe era importante, pero la salvación también debía conseguirse mediante las buenas obras
- Reafirmó los siete sacramentos, el carácter sagrado de la misa y el culto a la Virgen y los Santos
- Declaró la Vulgata como única interpretación válida de la Biblia
- Se crearon seminarios para garantizar la correcta formación del clero
- Se instó al clero a llevar vida ejemplar y a guardar el celibato
Las consecuencias de la contrarreforma tuvieron especial repercusión en España, donde coincidió con el acceso al trono de Felipe II. La sociedad española se convirtió en defensora de la más rígida ortodoxia católica, pero al mismo tiempo se acentuaba la intolerancia ideológica. Se acentuó la separación entre los cristianos viejos y los nuevos, es decir, los descendientes de musulmanes o de judíos conversos. La limpieza de sangre se extendió.
La actuación secreta de la Inquisición también fue decisiva, sobre todo a mediados de siglo, en Sevilla y Valladolid. Se estableció la prohibición de importar libros extranjeros y la prohibición a los extranjeros de estudias o enseñar en universidades extranjeras.
Esta intolerancia tuvo consecuencias también para la cultura: se frenaron los saberes humanísticos, estudiosos como fray Luis de León o santa Teresa estuvieron en el punto de mira.